Maximizar la eficiencia alimentaria es fundamental en todos los sectores ganaderos, incluidas las aves de corral, los rumiantes y los cerdos. En las aves de corral, el equilibrio entre ingredientes rentables y calidad nutricional es esencial para la salud y la productividad del rebaño. En el caso de los rumiantes, la eficiencia alimentaria depende de la optimización de la digestión ruminal. En este caso, el pienso cumple una doble función: nutrir las bacterias del rumen para su posterior utilización como proteína digestible microbiana y proporcionar nutrientes para su absorción directa en el intestino delgado. Este enfoque es fundamental para extraer la máxima energía de cada gramo de alimento.
Del mismo modo, en la producción porcina, los costes de alimentación dominan el panorama financiero. Maximizar la digestión de los alimentos y la absorción de nutrientes es crucial. Un sistema digestivo sano y funcional en los cerdos garantiza una descomposición y absorción eficientes de los nutrientes, fomentando una mejor salud y crecimiento. Esta eficiencia no sólo mejora el bienestar de los cerdos, sino que también supone un importante ahorro de costes y una mejora de la rentabilidad de la inversión para los ganaderos.
En estos diversos grupos de ganado, el principio subyacente sigue siendo el mismo: la optimización de la eficiencia alimentaria es un factor crucial para la salud, la productividad y la viabilidad económica de la ganadería.